ESCALADA Y SALUD MENTAL: ENCONTRANDO UN ESPACIO SEGURO
- REEFNAT
- 11 sept
- 4 Min. de lectura
Autores
Felipe Hermida Arias, Beatriz Alonso Mayo, Santiago Zamora Prieto, Annalisa Pelegrini, Alberto Martín Montero, Diego Cosgaya Torrijos (1), Andrea Illera de la Cámara, Higinio Francisco Arribas Cubero, Jonatan Frutos de Miguel, Cristina Rodríguez Morante, Diego Jorge Ruiz (2), Javier Cano Sanz (3) y David Fernández Atienzar (4)
(1) Fundación Intras (2) Universidad de Valladolid (3) Club de Montaña Ojanco (4) Plena Inclusión CyL
Email de contacto: higiniofrancisco.arribas@uva.es
Resumen
En su edición actual, el presente proyecto está vinculado al Centro de Enseñanza Online, Formación e Innovación Docente de la Universidad de Valladolid (VirtUVa), como Proyecto de Innovación Docente (PID). Entre sus objetivos, se ha buscado aportar propuestas de deporte comunitario, dar respuestas a las necesidades de grupos y colectivos, y permitir, del mismo modo, a los estudiantes universitarios mejorar sus habilidades académicas y profesionales a través de la experiencia directa, en clave de implicación y transformación social. Escalada para Conectar es una experiencia transformadora que, más allá de lo físico, ha apostado por impulsar una comunidad en torno al cuidado de la salud mental. Con base en el Aprendizaje-Servicio (Aramburuzabala et al., 2019), el proyecto ha sido desarrollado conjuntamente por la Fundación INTRAS y la Universidad de Valladolid. Ambas entidades han colaborado, desde un primer momento, para construir una comunidad inclusiva a través de la práctica de la escalada, entendida no solo por su vertiente deportiva, sino como un recurso pedagógico, terapéutico y profundamente humano (Kark et al., 2020). En el proyecto participan personas de diversas procedencias y trayectorias vitales como, por ejemplo, deportistas de INTRAS con malestar psíquico, educadores/as del equipo de acompañamiento comunitario de la entidad, estudiantes y profesorado universitario; además de escaladores/as externas que se suman al grupo. La diversidad de orígenes, edades y experiencias ha enriquecido cada encuentro, convirtiendo a la escalada en una excusa privilegiada para aprender, compartir, vincularse y desafiar estigmas, tratando de posibilitar el desarrollo de diferentes habilidades transferibles a la vida cotidiana, que buscan mejorar la salud mental y, por ende, una mejora del bienestar integral (Gassner et al., 2022). La escalada, en este contexto, se ha convertido en un espacio de encuentro, potenciando la confianza, el apoyo mutuo, el respeto y la autonomía. Cada participante ha tenido la oportunidad de avanzar a su ritmo, explorando sus límites y posibilidades, tomando decisiones y eligiendo los retos que deseaba afrontar, en el marco de un grupo que acompaña en los logros y en las dificultades. Una de las claves del proyecto fue respetar el tiempo y el deseo de cada participante, lo que permitió que floreciesen trayectorias y procesos personales únicos dentro de un proceso colectivo. Por ello, se ofreció libertad en las actividades y retos que se asumían, permitiendo que cada quién eligiese y avanzase a su propio ritmo, es decir cada cual tenía su propio proyecto personal, dentro del proyecto colectivo. Esa libertad creó un ambiente en el que los participantes se pudieron diluir por el espacio, entre otros escaladores “inicialmente” ajenos al proyecto. En su octava edición, el proyecto estuvo organizado en ocho sesiones repartidas en distintos espacios de la ciudad de Valladolid y su entorno próximo (rocódromo de la Facultad de Educación y Trabajo Social de la UVa, Geko Aventura, el rocódromo municipal Álvaro Paredes, gestionado por FDMESCYL, y La Roca (Palencia), gestionado por la Fundación Eusebio Sacristán, así como diferentes enclaves naturales de la montaña palentina. Estos lugares no solo han ofrecido retos técnicos, sino que también desde lo simbólico y lo emocional, se interactuó en espacios más íntimos, más compartidos, comunitarios e incluso en plena naturaleza. Así, cada vía, cada bloque, pasó a ser una metáfora de procesos vitales, en los que se analizan los espacios físicos, con sus límites y posibilidades incorporadas (Buchanan y Moore, 2019). Además, se generó un espacio social en el que los participantes compartieron vivencias y se acompañaron mutuamente. Cada persona pudo explorar su mundo interior, conectar con sus emociones, miedos y posibilidades. Uno de los aspectos más importantes es, precisamente, la creación de un entorno seguro, donde cada cuál pudiera descubrir sus capacidades e interactuar con los demás con confianza, sin sentirse juzgado (Kark et al., 2020). El proyecto incorporó momentos de reflexión individual y grupal, dentro y fuera del rocódromo y la naturaleza, que permitieron evaluar y ajustar el proceso de aprendizaje de forma continua, adaptándolo a las necesidades y ritmos del grupo. Aquí, las diferencias no separan, sino que suman: cada historia aporta una mirada, una sensibilidad, una posibilidad. Así, la escalada se ha convertido en un acto de cuidado mutuo, de presencia compartida y de construcción de futuro colectivo, en comunidad. Para concluir, hemos podido vivenciar que la participación de personas con problemas de salud mental en proyectos comunitarios, como el de escalada, no solo favorece su bienestar emocional y relacional, sino que constituye una vía concreta para garantizar su inclusión real en la sociedad. Este tipo de iniciativas transforman el espacio físico en un escenario simbólicamente accesible, donde se generan vínculos horizontales, se comparten experiencias y se reconoce la diversidad como un valor. La escalada, en este contexto, se convierte en mucho más que una actividad deportiva: es un entorno inclusivo donde se ejercen derechos, se habitan espacios comunitarios y se desafían los estigmas asociados a la salud mental. En línea con el artículo 19 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, este proyecto promueve la vida independiente y la participación activa en la comunidad, facilitando que las personas no solo estén presentes, sino que sean parte, con voz propia y reconocimiento pleno.
Palabras clave
Escalada, salud mental, Aprendizaje-Servicio, Universidad, comunitario.
Bibliografía
Aramburuzabala, P., Santos-Pastor, M. L., Chiva-Bartoll, O. y Ruiz-Montero, P. J. (2019). Perspectivas y retos de la intervención e investigación en aprendizaje-servicio universitario en actividades físico-deportivas para la inclusión social. Revista Publicaciones, 49(4), 19-27. https://doi.org/10.30827/publicaciones.v49i4.11726.
Buchanan, B. y Moore, J. (2019). Rock climbing as a means to psychological well-being. Journal of Adventure Education and Outdoor Learning, 19(2), 115-129. https://doi.org/10.1080/14729679.2018.1531044
Gassner, L., Dabnichki, P., Langer, A., Pokan, R., Zach, H., Ludwig, M. y Santer, A. (2022). The Therapeutic Effects of Climbing: A Systematic Review and Meta-Analysis. PM&R, 15(9), 1194-1209. https://doi.org/10.1002/pmrj.12891
Kark, N., Dorscht, L., Kornhuber, J. y Luttenberger, K. (2020). Bouldering psychotherapy is more effective in the treatment of depression than physical exercise alone: results of a multicentre randomized controlled intervention study. BMC Psychiatry, 20(1), 116. https://doi.org/10.1186/s12888-020-02518-y
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